R1 – Diseño de Interacción – Aula 1 | Observación contextual

Una visita al traumatólogo

Antecedentes

El recorrido que aquí describo son las interacciones que vivencié al ir al traumatólogo el pasado martes. Hace tres semanas me accidenté y debido a ello fui llevada a Urgencias porque tenía un dolor intenso que me impedía caminar luego de tropezar en la vía pública. Luego dada de alta y al ver que no había una mejora notable, llame a urgencia nuevamente. Esta vez me pidieron una resonancia magnética para ver qué había de malo en mi rodilla. A los pocos días fui realizarme la resonancia y era necesario volver al traumatólogo, esta vez en consulta externa para ver los resultados y que me pautara el tratamiento, operación o lo que me dijeran que debía de hacer. Una semana antes del día que describo, solicité la cita vía telefónica.

¡El día y la hora ha llegado!

Estos días han sido bastante poco habituales. El cansancio hace que me despierte más tarde de lo habitual y con menos energía. El día martes a las 12 horas debía de estar en el hospital para pasar la visita. Por esa razón, me comencé a prepararme antes (10:30). Una vista en GoogleMaps en mi móvil describía el recorrido, el tiempo, y las opciones que mejor podía tener para poder ir por transporte público. Con una sencilla acción había podido determinar a qué hora era necesario que saliera de mi casa para llegar a tiempo a la cita. Igualmente, era necesario duplicar los tiempos en los desplazamientos a pie que Google marcaba. No encontré una opción para calcular para una persona con baja movilidad.

 

Lista para comenzar el recorrido, la siguiente interacción fue tener que cerrar la puerta, y finalmente concentrarme para poder bajar las cuatro plantas de la finca en la que vivo. La velocidad tan lenta, para poder bajar uno por uno los peldaños, daban la sensación de estar fuera de tiempo.

Ya fuera de casa la ruta hasta la parada del bus fue una experiencia plena de interacciones. El duelo de las calles del centro de Barcelona son bastante irregulares y con el dolor del impacto, estuve muy atenta a donde pisaba. LA obras que en este momento se hacen en la Vía Laietana, muy cerca de mi casa, la causa de mi accidente, hacían que el llegar a la parada pareció una gran caminata. Llegado el bus, lamentablemente las personas en muletas no podemos pedir la rampa para sillas de ruedas.

Ya en el interior del bus, las interacciones son bastante diversas, lo primero era picar el billete en la máquina para marcarlo. Bastante complicado porque tuve que equilibrar un poco para poderlo picar. Solicité los asientos preferentes par persona con movilidad reducida y me presté a llamar al hospital, luego de observar que Google Maps me marcaba ya un retraso de 10 min.  Llama, llama…ocupado….marque 1…marque 2…

El bus demoraba con el tráfico de mediodía. Finalmente,  llegó, pero llegó muy tarde. Caminar nuevamente era un problema. La zona alta de Barcelona no es tan plana como el centro. No había grietas, pero sí bastante pendientes en el camino. Quedaba poco, así que el ánimo no decaía ni con el sol de mediodía y el esfuerzo de llevar las muletas.

En el hospital también hay muchas interacciones. Lo primero fue ubicar el consultorio, un módulo de información y una asistenta me ayudó a saber a donde ir. Ascensor a la primera planta. Seleccionar el número y llegar a la consulta. Había algo que también debía hacer para ser atendida. Dar la tarjeta de la mutua. Esperarpacientemente, ver mi movil y estudiar mientras…

 

…Y finalmente… el diagnóstico!

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